RESEÑA


Prólogo

La encarnación de Eros (2012-2023) recoge una década del trabajo poético de Armando M. Morales (Ciudad de México, 1992). El dios griego de la atracción sexual, desde el título, muestra la vigencia de tales textos más allá del hilo conductor que supone el amor y el erotismo para esta antología.

En tres secciones se articula la recopilación, de notable impronta europea y latinoamericana. De tal modo se abre con epígrafes de Rimbaud, Mallarmé, Viel Temperley o Pizarnik. Asimismo, se cuestiona de manera implícita el verso tradicional, cual poética, así como la sexualidad o mediante secciones tituladas "Amor en prosa", "Porno terror" y "Videos de amor satánico".

Junto a la narrativa visual que permea la poesía contemporánea, destaca la banda sonora para este ejercicio de lectura. En una nota a pie de página, prácticamente en el pórtico del libro, el autor, que es distinto a quien enuncia, recomienda escuchar de fondo Adiós de la banda chilena conocida como Psiconautas o, ya en el cierre, "The perfect girl con el cover de Mareux y mira la película Alucarda". Contra la paradoja que podría desprenderse de escuchar una despedida desde el principio, esta relación musicopoética funcionaría como cierre de una etapa: en convivencia con poetas como Manuel Iris (Campeche, 1983) o Sara Uribe (Querétaro, 1978), quienes vinculan la lectura de poesía con música que inspira el texto o con la que se establece una relación durante el proceso de escritura-lectura.

El tema del amor se desacraliza enseguida por el humor. Desde la brevedad, heredando el epigrama, detona lo burlesco de quien en primera persona se ríe de su propio sexo. Encarnación, entonces, no supone sólo la toma de carne humana sino la personificación o representación desde el cuerpo desnudo a partir de una idea: la irreverencia.

Dicho tono nos acompaña en la serie de textos ‒en verso libre (a pesar de aparecer el nombre de "prosa") sin más título que números romanos o "videos" ordenados en arábigos‒ cercana a la agudeza con la que parodia el encuentro amoroso la editora de Verso Destierro, Adriana Tafoya (Ciudad de México, 1974). Una máxima se mantiene explícita al inicio de uno de los poemas, que podría funcionar como haiku a falta de un par de sílabas: "Muere el amor / pero el sexo / es eterno".

Eterno también es el impulso sexual más allá del sexo. Esto es, en su más rica diversidad, LGTBIQ+, con Odette Alonso (Santiago de Cuba, 1964) o César Cañedo (El Fuerte, Sinaloa, 1988) entre otras muchas referencias. No se trata per se de un poema homoerótico aunque se hable de "el sabor de dos vergas en mi boca", ya que el sujeto, quien enuncia, no presenta un género marcado salvo a partir del primer verso del poema X de la parte intermedia, superando lo binario.

En tercer lugar, tras el humor y el ensimismamiento que se abre al placer discurre la imagen narrada, aún en verso, quebrado, sangrado, escatológicamente nutrido de los juegos de palabras, tipográficos y fónicos, como el calambur villaurrutiano que abrasa y abraza por el seseo. Al final, la serie de poemas se cierra con la atmósfera nocturna que estudia Jaime Puig Guisado a propósito de la poesía mexicana moderna, del porfiriato a Paz. Después, como sentimos, palpamos y vemos continúan los ejemplos que con maestría organiza Armando M. Morales en la estructura tripartita; lo que podría entrecruzarse con ese haiku que mencionamos por la situación, la acción y la sensación descritas en torno al sexo.

Este libro, pues, además de refrescar el tema clásico, dialoga con parte de la lírica mexicana reciente, al hilo del cual se encuentra, por ejemplo, Iván Vázquez Rodríguez (Puebla, México, 1985) en Cenizas mi deseo (Buenos Aires Poetry, 2021); sin embargo, en el caso del poblano Eros se opone a Tánatos, el instinto de muerte. En Armando M. Morales el deseo ‒desde el amor al sexo, en ese orden‒ deviene exposición pública en relación con el dolor. Más que la finitud, pues, resulta el gozo del horror. Lo íntimo, entonces, explica una pulsión común, social, según explicó Luis Vicente de Aguinaga (Guadalajara, México, 1971) en De la intimidad. Emociones privadas y experiencias públicas en la poesía mexicana (Fondo de Cultura Económica, 2019).

Si Armando M. Morales publicó El evangelio de la depresión (Verso Destierro, 2019), en este libro resuena una filosofía positivista. Se ve reflejado el contacto con el público lector-escritor, pues el autor lleva a cabo un Taller de expresión escrita en la EPOEM 81, donde enseña la variedad de textos literarios que hay para que estudiantes de bachillerato ejerciten la escritura de poesía en verso y poesía experimental, así como la creación de textos narrativos.

En la tradición del género literario que nos ocupa, La encarnación de Eros supone la actualización de un diálogo sobre un sentir general, clásico, que pasa por la razón del verbo, del lenguaje poético, para revitalizar tópicos grecolatinos, occidentales y propios, genuinamente mexicanos.

Ignacio Ballester Pardo

Universidad de Alicante


Gestación del abisalismo

Armando M. Morales

La editorial de poesía Verso destierro ha publicado la antología llamada Seres abisales; y resultará esclarecedor para el público hablar de la antología en el contexto de las producciones de la editorial. Desde mi perspectiva, hay 4 categorías de libros de Verso Destierro:

1.- Las revistas: libros-objeto en los cuales se compilan textos de poetas clásicos de muchos países, en confrontación con la nueva poesía, además de juntar textos en prosa como ensayos y entrevistas. La revista Verso destierro representó, en sentido cronológico y en su propuesta estética, la semilla a partir de la cual se formó la editorial en el 2004.

2.- Poesía del torneo: en 2007 Verso destierro creó un torneo de poesía en el cual poetas de diversos orígenes y estéticas combaten entre sí en un cuadrilátero colocado en lugares públicos de la Ciudad de México para presentar sus poemas y llegar a la cima del reconocimiento del público y de los críticos. La colección Poesía sin permiso recopila los poemas de los ganadores del torneo.

3.- Poesía contemporánea: la editorial tiene sellos como Las cenizas del quemado o Box populi en los cuales poetas con voces muy distintas entre sí presentan un poemario consolidado, los poetas que ahí residen no necesariamente tienen una carrera llena de reconocimientos estatales pero sí tienen una idea innovadora sobre la escritura de la poesía.

4.- Poesía del taller: la antología Seres abisales inaugura una nueva categoría de poesía en el contexto de la editorial Verso destierro. La presente antología es la cosecha del Taller de la noche dirigido por Adriana Tafoya, fundadora de la editorial. Insisto en que la antología es un producto distinto a las tres categorías anteriores porque los poetas ahí compilados no provienen de la experiencia de ganar un torneo de poesía, no todos han participado en la Revista Verso destierro ni todos ellos están en alguna de las colecciones de poesía contemporánea mencionadas. Estas diferencias parecen superficiales pero son apenas el primero indicio para pensar las diferencias más profundas.

He aquí la primera diferencia: Los poetas del Taller provienen de una experiencia única: la experiencia de ser parte de una comunidad literaria, una cofradía. La idea de comunidad literaria es una práctica en la que es preciso reflexionar en cuanto a sus consecuencias poéticas e incluso políticas.

Por su mera existencia, la editorial Verso destierro representa una resistencia ante las formas estatales de producir, editar y difundir la poesía en México. La editorial no tiene subvenciones del gobierno para existir o publicitar sus obras. La editorial tampoco publica exclusivamente a los ganadores de concursos o becas gubernamentales, pues tiene el propósito de atenerse a la calidad de la obra poética independientemente del estatus social del autor.

Las categorías de poesía que ha creado la editorial han permitido que una gran cantidad de poetas que hubieran muerto en el anonimato tengan una oportunidad de existir para el público, pero la innovación de la comunidad literaria creada por Adriana en su taller consiste en establecer un canon alternativo al canon de la literatura oficial. Es decir, en las categorías anteriores: revista, poesía de torneo y poesía contemporánea, hay una gran variedad de propuestas poéticas pero no hay uniformidad en ellas, no lo digo en sentido negativo, por el contrario, la falta de homogeneidad es su valor; pero la diferencia con el taller es que en él sí hay ciertas lecturas e ideas en común que son el caldo de cultivo para las distintas expresiones poéticas.

Es evidente que los poetas de la antología Seres abisales tienen diferentes temas de los que hablar y que están formando cada cual su propia voz poética, pero también es admisible que todos ellos tienen un caldo de cultivo en común y es la coordinación de Adriana Tafoya y sus referentes sobre lo que es la poesía, tanto desde sus lecturas, influencias, como en su experiencia como poeta y editora. La poesía de Adriana manifiesta siempre una conciencia depurada de los símbolos, las mitologías y las implicaciones de las estructuras sintácticas y sus significantes, por eso los participantes de su taller reflejan en sus textos distintas apropiaciones de libros clásicos como La diosa blanca o La rama dorada y el Diccionario de símbolos de Cirlot. En los textos del taller ningún verso es casual. En ese orden de ideas, el taller genera un mar de símbolos comunes a partir de los cuales los poetas bucean tomando los que mejor expresan sus deseos o sus posiciones ante la existencia.

Quizás sea pronto para sacar la siguiente conclusión pero en último término, considero que Adriana Tafoya en su taller está gestando una vanguardia literaria, y tal vez no sea apresurada la conclusión porque el Taller demoró 5 años para dar a luz la presente antología. Me atreveré a llamar a esa posible vanguardia abisalismo, con la salvedad de que Adriana y su comunidad literaria le den otro nombre. La palabra abisalismo remite al campo semántico del abismo, meditemos en ese símbolo en el horizonte de la dialéctica de los símbolos. En el libro Las estructuras antropológicas del imaginario, el antropólogo Gilbert Durand distingue dos regímenes simbólicos: el diurno y el nocturno. Bajo estas categorías caen símbolos tan diversos como la espada, el cetro, la copa y el denario; y cada uno de estos regímenes tiene consecuencias a nivel de prácticas artísticas, políticas, filosóficas y religiosas. En conclusión, cuando hablamos de abismo pensamos en el régimen nocturno de la imagen. Un imaginario que está abiertamente en contra del régimen diurno que consiste en imágenes verticales, jerárquicas, patriarcales, solares, ascensionales y celestes; un campo semántico que devalúa la noche como su otra. El abismo invoca, por el contrario, el vientre originario de la madre, de la diosa-mater-materia que parió el universo, el abismo implica la destrucción del fundamento como suelo definitivo y genera un espacio donde no se camina, se flota, se nada. El abismo invoca criaturas que iluminan con micro destellos su andar, micro destellos de múltiples lunas. En el abismo no hay jerarquías porque en la noche todos los gatos son pardos.

A continuación demostraré las afirmaciones anteriores con versos explícitamente nocturnos de la antología:

He visto una tormenta de salamandras caer // Puedo adquirir tu forma líquida; ser un mar negro embaular al sol anfibio // La marea es madre dilatada en coronación y parto (Alma Delia Gonzáles, p. 7).

Reptil llamando al planeta Reptilia: // Porque me han abandonado // entre sollozos feneceré. // Soy reptil soy emo sepultado en la dulce melancolía. // Reptilia, Reptilia: viendo mi mundo he decidido esta noche dejar de ser emo. // Reptil informando a Reptilia: // Como reses, escupo ratas y estrangulo niños. // Todos me llaman Chupacabras. (Iván Villaseñor, p. 23).

Como el caracol, la tortuga porta su habitable espacio. // Simboliza la lentitud del hombre o la paciencia femenina. "Parecer tortuga" es una gracia, garantía de longevidad. La tortuga es evidente prueba de supervivencia terrena y divina (Martha Francisca Medina, p. 31).

Prefiero ver la luna en cuarto menguante, que llena // desaparecida por la nube descomunal de la noche // En ese esperar que todo termine o se oculte en sombras. (Demian Palacios, p. 46).

Los sentidos transmutan, tu presa está lista, tómala. Pantera negra // negra como la noche, voraz lame su ser. Dejándolo abatido, sin aliento, sucumbe ante ti. // Dama furtiva Dama de la noche Fantasma de las calles. (Sirenia Muñoz).

Al son de la mar es preciso timonear las naves a palo seco pues la tormenta es aliento de mujer. (Uriel Delgado, p. 66).

Pesadillas de ámbar te protegen, alma en pena, la más antigua de las pausas quiso labrar una canción, una tonada que filtrara la belleza del miedo // horror es el miedo a la belleza. Vives oculta en el día para servir a las tinieblas. (Fernando Sánchez, p. 113).

No me detendré a examinar cada uno de los fragmentos citados pero la audiencia habrá podido captar la serie de símbolos nocturnos en los poemas: la madre-mar, la melancolía, el emo, las ratas, la tortuga femenina, la luna, la Dama de la noche, la pantera y la belleza de las tinieblas. Todas esas imágenes no son descritas como lo que debe ser reprimido, lo malo, lo insignificante, sino al revés, significan el espacio de intimidad de tales poetas, su hábitat.

Por último, si he hablado de la posibilidad de que la antología esté inaugurando una vanguardia literaria, la audiencia podrá preguntarse ¿Dónde está el manifiesto del abisalismo? ¿Dónde sus premisas? Si me lo preguntan considero que el manifiesto se encuentra en el poemario de Adriana Tafoya Huevo moteado (transmutar los seres), en esa obra existen dos poemas, uno llamado Dominus, en el cual se ejecuta la destrucción del régimen metafísico-diurno de Él; pero también en el poema De libero arbitrio, en donde la Diosa Atea funda una experiencia del mundo desde el ámbito lunar.

En conclusión, hay una serie de condiciones para el surgimiento de una vanguardia literaria que, de continuar su trabajo, podrá tener un impacto significativo en la literatura del siglo XXI. Las condiciones son el Taller de la noche, los manifiestos de Adriana y la creatividad de la nueva generación de poetas para escribir literatura. Queda por ver el alcance de esta comunidad literaria abisal para establecer con todavía más esfuerzo su propio camino, o si cederá a la entropía individualista de nuestro siglo. La dispersión de los desterrados favorece al régimen solar para proseguir las jerarquías en lo político y en lo poético, pero si los desterrados se juntan y hacen comunidad, puede ser que puedan mentarle su padre al Padre.


Tesis de economía poética: El jardín de Moneta

Armando M. Morales

El dinero rige las posibilidades de la existencia humana: comer, trabajar, divertirse modernamente; la mayoría de estas actividades están condicionadas por el dinero y su estructuración capitalista.

En la historia han existido relaciones variables entre literatura y economía, una de las últimas manifestaciones de dicha relación es la oposición economía (utilidad, materialismo, capitalismo) y literatura (el arte por el arte, mundos de fantasía y libertad). Esta oposición propia de la modernidad fue superada por la industria cultural que se apropió del arte y lo convirtió en mercancía homogénea y alienante, la literatura como uno de los encantamientos de la ideología.

La literatura propia de la industria cultural tiene dos tipos: la música popular y la literatura de masas. La música popular es literatura porque las canciones de moda se sirven de la poesía para expresar su mensaje, pero esta poesía está sobrecodificada por las tendencias que impulsan las ventas y no la creatividad literaria. Del mismo modo, la literatura de masas llega a su extremo de alienación en el momento en que el libro se convierte en un producto planeado por la editorial independientemente de la estética de un autor, y se basa en la fama de un personaje de redes sociales que presta su cara para vender el producto.

En nuestro mundo la literatura se ha casado con la economía perdiendo su valor como acto de transgresión y reconfiguración del lenguaje, la literatura de masas se regocija en los clichés románticos, las nostalgias medievales o en el viaje del héroe adolescente carente de críticas al capitalismo. Con esto no quiero decir que las grandes editoriales solo tengan en su haber textos clichés o textos de autores fantasmas, pero sí hay una política editorial respecto a los criterios de popularidad del autor y mayor número de ventas posibles por encima de criterios literarios.

En ese contexto, considero que un libro de poesía como El jardín de Moneta establece un cambio de valores respecto a la relación entre literatura y economía.

Analizaré algunos versos en los cuales Araceli Amador altera el horizonte de objetos-símbolos asociados con la economía. En el poema Moneta en la ciudad se dice:

La humedad se vuelve forma

los humanos te atavían

con brazaletes de asbesto (…)

Las fábricas caen sobre tu existencia,

dejan negros cardenales,

pero te dispersas,

Nada contiene Nada. (…)

Las sirenas viven en botellas de plástico,

Se transportan en la mochila de un godín. (…)

En la tintorería y el lavadero,

brincan por la coladera

y surgen nuevamente

de la araña paviméntica.

(Amador, Araceli, El jardín de Moneta, Verso Destierro, 2023, p. 23-24.)

La ciudad es por antonomasia el espacio del capitalismo, el mundo citadino está hecho de oficinas, fábricas, plástico y centros comerciales donde circulan las mercancías. Estamos tan acostumbrados a ese mundo que olvidamos lo que está debajo, debajo del pavimento están la tierra y las aguas. Moneta connota la moneda y su extracción desde la tierra, la tierra, a su vez, simboliza el arquetipo de la Diosa en las culturas antiguas: Gea, Juno, Deméter, Inanna, Lilith, la diosa araña de Teotihuacán, etc. No hay moneda sin tierra, se nos olvida, nos han hecho olvidar que nuestro dinero está embarrado de tierra. El poema citado delata la raíz terrestre y acuífera de las ciudades, de hecho, describe la erección de las ciudades como una forma de violencia respecto a la tierra, las fábricas producen cardenales en la tierra y se piensa que el asbesto es un brazalete sobre la tierra; esto último nos permite pensar la ambigüedad política de la joyería, las joyas desde hace milenios han tenido un alto valor económico pero los brazaletes y los anillos, implican también sujeción, esto queda más claro cuando pensamos en las cadenas, una cadena de oro no deja de ser una cadena. Moneta está ataviada, lo que significa también que está atada al orden de la economía, del mismo modo que la protagonista de Casa de muñecas.

Empero, el poema no se detiene en la descripción de Moneta pavimentada, continúa con los brotes del mundo feérico desde las coladeras. Según Weber la visión científica del mundo y el capitalismo han desencantado el mundo, nuestro espacio es profano, demasiado humano. La magia ha quedado relegada al arte tal como es aprehendido en la actualidad, es decir, en el arte actual lo sagrado aparece como entretenimiento, como mundo de superhéroes. Vemos una película de fantasía y la fantasía se queda en los minutos que invertimos en mirar la película, después de la visión volvemos a nuestro mundo profano. La poesía siempre ha intentado romper las barreras entre el espectador, la autora y la obra, mientras que el arte de la industria cultural preserva las barreras para que la mercancía se vuelva obsoleta y desaparezca. La poesía, desde las canciones de amor hasta la brujería, ha intentado operar transformaciones en el mundo. Cuando en el poema Moneta en la ciudad, las sirenas empiezan a brotar de los resquicios de las cosas domadas por el capitalismo: la mochila del godín y la botella de plástico, nosotros como lectores, somos interpelados para abrir y modificar nuestra relación con el mundo. El poema nos invita, más allá del poema, a abrir otros ojos, a tocar con otras manos lo que nos rodea.

Al principio de este texto escribí que la economía estructura nuestra existencia, esto significa que nuestra percepción es continuamente moldeada por el orden del capitalismo bajo el imperativo moral del "se debe trabajar", "tú debes ser útil", y en caso de tener ocio divertir-se de acuerdo a las mercancías prestablecidas de la moda. La poética de Moneta es distinta, en el poema Inocencia, Araceli escribe: "No divagues, que en tu pecho no haya codornices ni cementerio de alados seres; (…) No te entregues al rojo camino, donde las palomas se arrastran y los tigres vuelan. (…) No divagues, niña" (Ibíd., p. 27). El poema enuncia prohibiciones que buscan clausurar acciones que pertenecen al ámbito de lo inútil, un gasto improductivo de energías, la divagación es un acto de rebeldía ante las redes que buscan capturar nuestra percepción y dirigirla a lo productivo, divagar es entregarse a un juego gratuito, y en el caso del poema Inocencia, es llegar a desatar las redes de la racionalidad, de modo que las criaturas que aparecen en la divagación quiebran el orden aplanado de la modernidad desencantada con palomas reptantes y tigres voladores.

Uno de los poemas que mejor logra condensar las tesis de economía poética de Araceli Amador es Fortuna Tornasol, cito:

Pagamos una casa en la luna

con fragmentos de sol. (…)

Pagamos mujeres

con fragmentos de sol. (…)

La mujer camina

en tacones de piel,

mira avergonzada el cielo

y cuenta sus monedas de plata (…)

se arranca de nuevo

las escamas. (…)

Tiene la esperanza

de que un día

el todo valga Nada. (Ibíd., p. 40)

El título Fortuna Tornasol hace tintinear y resurgir a la diosa Fortuna, la cual era frecuentemente representada en las monedas de la antigua Roma, y simboliza la idea paradójica del destino caprichoso, una locura cósmica que perturba todas las seguridades y fundamentos del ser humano. La palabra tornasol denota un material que es usado en experimentos químicos, pero su significante connota la transgresión del sol, torna-sol quiere decir dar vuelta al sol, echar un volado es tener la posibilidad de dar vuelta al anverso del sol para descubrir su reverso, esto es, la luna. En términos de metales preciosos, el sol es el oro y la luna es la plata. En Occidente la gran tradición que pensó el simbolismo de los metales y su no-valor económico fue la alquimia. En su libro Teorías y símbolos de los alquimistas, Albert Poisson describió que los alquimistas condensaban en el oro los símbolos de lo fijo, el azufre, la dureza, el sol, el león, el hombre, el rey; y en la plata los símbolos de lo volátil, el mercurio, lo fluido, la luna, la serpiente, la mujer y la reina. Digo no-valor económico ya que había alquimistas que mediante transmutaciones buscaban el oro profano-exterior y otros el oro sagrado-interior. El alquimista Newton contribuyó a la estandarización del patrón de oro en la economía inglesa, la decisión que asumió el oro y no la plata, el sol y no la luna, el patriarcado y no el matriarcado, resuena en el poema de Araceli. Los fragmentos de sol significan las monedas de oro que llevan dentro de sí todo el régimen diurno de la metafísica, el fundamento del totalitarismo, el totalitarismo como fundamento y dogma de las jerarquías. En nuestro mundo la posibilidad de cumplir un sueño lunar está condicionada por el oro. Las monedas de plata resisten las potencias de sujeción del régimen solar pero tal resistencia es insuficiente, por eso la poeta concluye con la esperanza de una anarquía económica en la cual el valor económico desemboque en la Nada. Depreciación del oro que promete una utopía lunática. La tesis de economía poética de Araceli es que cambiemos el valor del oro por el de la plata y que la plata se disuelva en la MATERia prima.

Para concluir quisiera dejar en la persona que lea estas palabras una imagen que se repite en El jardín de Moneta, una moneda lanzada a una fuente, el acto de arrojar la moneda a esa fuente de los deseos sustrae a la moneda del mundo de la economía solar, la moneda arrojada al agua (arrojada a la Diosa) es un sacrificio como cuando se ofrece comida a los muertos que los vivos tiene prohibido tocar, la moneda en el agua se libera de lo útil y lo medible, es la parte maldita de la que hablaba Bataille, una energía irrefrenable que excede las constricciones, Araceli dice: "En un genuino acto de amor, lanzamos la moneda a la fuente, para ver el brincoteo de la luna sobre el agua. (…) estos párvulos se sumergen en la humedad del mundo nadan al fondo del estanque en donde la luna guarda sus escamas y muerden lo desconocido el brillo de la moneda." (Ibíd., p. 69-75)


Presentar el libro de una de las alumnas más destacadas de Adriana Tafoya me recuerda cuando:

Allá por 1993 comencé a hacer entrevistas para la Revista La Pistola y más tarde el Periódico Al Tiro pertenecientes al acervo de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas del Museo de la Caricatura, dónde como futura investigadora grafica y humorista, una de mis columnas se llamaba Doña Tertulia enn donde preguntaba a mis entrevistados, siempre en tono jocoso, un cuestionario donde más de tres se sorprendian de las preguntas, pues decían "Nunca antes me habian preguntado ésto y en este tono tan desenfadado: Menos..."

Cuando comencé a leer el poemario de Araceli Amador, me dieron ganas de entrevistarla, saber sus fuentes, sus primeras bibliografias, qué le dieron a leer en el CCH, pero sobre todo, preguntarle, qué escritor la marcó que el humor aparece en su poesía a grandes pinceladas, pues así, arranca su primer poema y cito:

Como si fuese una dulce naranja, el burro acerca el hocico al sol y se lo come a gajos Dice la joven poeta y me congratulo y me digo:

--Ah, alfin, una pluma humoristica femenina que tanta falta hacen a nuestra literatura mexicana llena de tristeza y mujeres poetas poco empoderadas...

Como escuchan, no me estoy centrando en la forma, sino en el PATHOS de sus letras ya que en el siguiente poema aparece un niño que envejece, que deduce el lector le da diabetes (signo de ello es que le sangren las encias en un poema)

y sigue la voz cantarina con el siguiente título La mujer de las moscas y cito:"Los ojos de la difunta son moteles para moscas...Soy el insecto entre las hojas y tú amante de la magia compras mi hogar por veinte pesos"

Y la voz de Emile Cioran llega a los oídos, pero sin su amargura, sino festiva, grafica...

Y aunque paginas más adelante la tristeza de todo poeta toma la palabra y nos atrapa en otra tesitura y bajamos de un sí bemol a un c octavado y en gerundio cuando nos habla sobre los fetos de la muerte y le salen alas a los tropos cuando escribe, Cito: No divagues, porque de tanto volar hacia dios se te puede incendiar la vida. PUES: Es el huevo que se pudre en su grito.

Y de las alas, los huevos; la poeta nos atrapa entre los tropos de los dientes...y recuerdo que alguna vez escuche que cuando a una persona se le amputa alguna pierna, un brazo, años después sienten comezón, calor en esa extramidad que ya no está...y así ocurre con estos dientes, esos seres que nos dieron tanta vida, placer, belleza y que al irlos perdiendo nos vamos deshojando con ellos, como una flor sin petalos...y no conforme estos dientes tienen braquets que reclaman: Dulzuras, sabores, durezas, blandura, la saliva amada y aun ausentes y aunque existan, allá en un sueño de Gastón Bashelar, los seguimos oyendo, sentiendo, como un fantasma o muchos fantasmas que a coro nos recuerdan el impetuo de la vida y casi otrora juventud; poemas blancos, duros y jovenes.

Porque como decía mi muy amado maestro Mauricio Molina: hay que ser joven, muy joven para empezar a escribir poesía. Sandro Cohen otro de mis maestros secundaba estas palabras mientras tocaba su turno para tallerearnos nuestros textos en el Taller Alicia Trueba-Elena Poniatowska, allá por los 90as 2miles en Reforma esquina con Maria Luisa en Tlacotalpan, San Angel...

La lectura se vuelve vertiginosa cuando llegamos al poema que dice y cito: 2014… 28 dientes a disposición del M.P. se asomaban por las rejas; los encerraron por seis años. La sentencia: "están chuecos, hay vacíos".

En la página 35 un cubrebocas aparece y detras de él, polvo de quijadas y unos dientes necios alegando su obituario...

Y toma la palabra un epigrafe de Adriana Tafoya que dice:

En voz baja me diste un nombre

y al instante me transformé

en tu canario de la suerte

Un canario de primavera.

A la que Amador contesta:

Por las mañanas te vistes de plumas

llevas alpiste en el portafolio

y algunos poemas para el vuelo

Dientes, vuelo y agarradas fuertemente al poemario, que ya va a la mitad y no nos deja lugar para el respiro...donde ya ahora aparece: Cajas musicales, partituras...

Y recuerdo las fotos en el muro de Adriana y sus talleres literarios rodeada de alumnos, futuros poetas o Adversarios en el Cuadrilatero que ya se han medido en sus Miércoles de Poesía, donde muchos hemos pasado y aquí estamos muchos años después y recuerdo el primer Adversario donde fui finalista con un poema que le escribí al falo del actor Jacky Ido y que según los jueces con este poema pasaba a la siguiente ronda, y que se prende un adversario descalificado pues su poema vaginal no convenció a los jueces y menos al publico de las afueras del Centro Cultural José Martí...

Es decir, hacen falta plumas de mujeres que aborden temas en la poesía, en las letras en la grafica, tematicas que no han sido, por obvias razones, desarrolladas por hombres intelectuales.

Mujeres que reivindiquen, que den otro giro a figuras como la de Lilith que también aparece en el Jardín de Moneta...y ya no citaré mas poemas pues mejor les recomiendo compren el libro en el stan ............e ir a degustar, por ejemplo a la página 45 que es digna de leer y reeleer así con gusto y no como un ejercico de sororidad sino por que la admiración entre mujeres es un punto y aparte digno de ser estudiada por sicologos, sociologos, humoristas, teatreros...y por supuesto nosotras LAS POETAS CONTEMPORANEAS...

Qué les sea grato este Jardín de Moneta y que quede su buque entre sus dientes lectores y por mucho tiempo...

Lucero Balcázar



In memoriam de la presencia

Tú que te atreves a perturbar las páginas de este libro titulado Memoria de a, debes saber que es una obra en construcción, en el mismo sentido en que Joyce llamaba a su Finnegans Wake: Work in progress y que a su vez Umberto Eco denomina obra abierta. Enjambre de versos no acabados que exige la colaboración del lector para resolverse de múltiples maneras o para mantener un instante los ojos en suspenso sin resolución alguna.

Imagina una obra en construcción, obreros y grúas remueven y derrumban el concreto para edificar lo nuevo, así este poemario pone en crisis el concreto del lenguaje, su unidad morfosintáctica, de la destrucción ejecutada quedan ruinas, fragmentos semánticos que no afirman ni niegan sino que sugieren algo que tú buscas fervorosamente, ¿el sentido? ¿el recuerdo de un amor? ¿una presencia?

Memoria de a… a minúscula, no la A mayúscula (cuernos de toro) sino la a-puente, a en risco, a-cuerda lanzada al aire con el deseo de tocar otro extremo, el extremo del otro. Uno de los primeros textos dice esto:

a

que cae

o que parece que cae

pero sostiene

o ya no

La a está hueca, podría ser la inicial de una palabra: amada, amado, ave, árbol. Alguien cae y la caída aumenta su sentido con el descenso de los versos. ¿Es la letra misma quien cae? ¿Qué significa caer? Significa ruptura, no hay más poesía figurativa, no hay una forma que el poema intente definir, por ello el poema no está cerrado por ningún extremo, sin la clausura de un punto o una coma. El poema ha muerto, la idea del texto terminado no sirve para comprender Memoria de a, menos aún la esperanza de encontrar en el autor una sutura del vacío, es el receptor quien debe imaginar las posibles resoluciones ante la caída del lenguaje, sin que su recepción a su vez cierre nada porque estos poemas no dejan de celebrar el triunfo de la nada.

El lector encontrará que la distribución de los poemas deja en blanco buena parte de la página, esto es coherente con el hecho de que los poemas dejan huecos al interior de palabras tales como: te quie, que na, angu, ma, etc. Este arte recuerda el estilo de la pintura china clásica en la cual las pinturas no retratan paisajes de apariencia definida sino que destacan por manifestar la ausencia, contradicción fenomenológica con que la niebla encubre la inmensidad que los filósofos llamaron Tao. Memoria de a enseña el tao de la palabra, el vacío del lenguaje con que la memoria escribe en una pizarra mágica.

El trabajo de escritura que realiza la memoria se hace con tinta invisible y cuando queremos traer a la conciencia los recuerdos lo hacemos de manera errática y borrosa, por eso en el poemario abundan versos como "Pero otra vez/ las piernas de hilo van/ y las melenas/ el río…/ dicen ya/". Como si sonámbulos evocáramos recuerdos, las palabras de los versos enseñan piernas que devienen hilo y que devienen cabello y río; las imágenes se convierten unas en otras sin que una sea la real, la original, como si una máquina escribiera recuerdos de algo que nunca pasó.

Uno de los aportes más geniales de Memoria de a es que el impacto del vacío en el lenguaje ocasiona una constante descomposición y recomposición del sentido, las palabras no recaen en un objeto o en un sujeto sino en las palabras mismas, palabras como células incorporales que se dividen y se acoplan incesantemente como en los siguientes versos:

sólo

va cía

y se inund

arquea la muela (…)

rodea el lodo

con la flor

cubre

con lar

va

La palabra vacía se descompone en sus unidades silábicas, y la sílaba va nos invita a imaginar el verbo ir, dirigirse a una entidad vacía, por otra parte en el siguiente verso la palabra inund no termina, dejándonos completar en singular o en plural la frase: se inunda, se inundan; o en cualquier tiempo de conjugación: se inundó, se inunda, se inundaría; significando así que el hueco en la palabra admite la manifestación de cualquier temporalidad o aún mejor, el acontecimiento de un tiempo heterogéneo. Además del tiempo, también en el espacio hay una recomposición del sentido porque la palabra inund puede completarse con la palabra arquea que inicia el verso de abajo, arquea puede ser la conjugación de arquear o puede ser una de las células primitivas del planeta tierra, inundarquea la muela es un mundo posible para ese poema, entendiendo que sería una arquea que inundara un diente o la muela de un molino.

Tú que has decidido adentrarte en Memoria de a tienes un rompecabezas sin piezas únicas, sin una forma final predeterminada, aprende a jugarlo y sabrás que la poesía es la continua descomposición y combinación de las unidades lingüísticas, así como tú o yo, el poemario es un espejo que ya no refleja la forma entera del mundo sino el caleidoscopio de las posibilidades.

          Armando M. Morales


"a" es una fuerza y en tanto fuerza es también una resistencia a otro tipo de fuerzas, a otro tipo de letras, a otro tipo de palabras, a otro tipo de discursos y a otro tipo de lógicas. "a" existe entonces como una forma particular de vida o como una singularidad de la vida que en su fuerza de irreductibilidad e irrepresentabilidad se manifiesta en una afectación y horadamiento en la Gran Voluntad de Universalización de la Lengua Mayor. Así, este poemario, que no es sino un solo poema con diferentes intensidades, es al mismo tiempo un elogio a la potencia de lo menor y una manifestación, en la propia lengua, de aquella "memoria de a" que fragmenta y desgarra El Sentido para que, precisamente ahí, una poética advenga.

Por otra parte, la pregunta por la poesía, en medio de la pérdida y la búsqueda, puede ser otra vía para acercarse a leer esta memoria de una "a" pequeña.

Christian Rojas Zepeda 


A Ruth García la poesía la acecha como a otros el deseo o la pobreza. La persigue, la mueve cuando ella quisiera estar en calma, pero no hay calma para quienes son tocados por la poesía: la poesía los hace, los hace hacer, desesperadamente.

El libro que en tus manos tienes, lector ( o aún mejor, providencial lectora) es un testimonio de la escritura frenética y del deseo honesto de indagar en aquello que dramaturgos y loqueros han llamado "la sombra": desde ahí la autora nos toma de la mano para penetrar junto a ella los secretos de su psique, sus entrañas y su árbol retorcidamente familiar.

Piedra del ser es una confesión íntima y completa sobre el delirio que se experimenta al pararse al borde del abismo, el aullido desgarrado de la caída y el prodigioso momento -justo antes del fatal golpe- en que el monstruo mitológico descubre el vuelo.

Artemisa Téllez


Versos del asombro


Tan pronto recibí la invitación para presentar la segunda edición del libro del querido poeta chiapaneco Roberto López Moreno, coeditada por Verso Destierro y Campo Literario Editores, sucedió que se dio a conocer la noticia en diversos medios que la Medalla al Mérito en Artes 2023 que otorga la Comisión de Derechos Culturales del Congreso de la Ciudad de México, se había quedado con él. Más que merecida tiene esta Medalla por su amplia obra poética, así como su producción dentro del terreno de la narrativa y el ensayo.

Desde el título El Libro VI. La construcción de la rosa el lector se ve introducido en dos reinos, el que pertenece a lo humano y el que brota de lo divino, y también se ve sumergido en la contradicción, una de las características que rige el mundo poético. De este modo, el autor, como dice Armando M. Morales en el prólogo, que hace las veces de un profundo ensayo sobre López Moreno, "es un poeta cósmico, su libro es un rito, en el sentido que Mircea Eliade daba a esa palabra: el rito es la repetición del acto fundador del universo, el rito renueva las fuerzas creadoras del universo, o para decirlo mejor, las fuerzas poéticas del universo." Asimismo, la anunciación de El Libro VI para aquellos lectores que como yo no gozamos de referencias previas, también somos invitados de manera sutil a internarnos en el umbral de lo críptico y misterioso, generando una gran curiosidad por descubrir lo desconocido.

De este modo, nos adentramos en poemas de largo aliento con un ritmo pavoroso que nos imanta desde el inicio para introducirnos en una atmósfera apocalíptica donde desde los primeros versos surgen las preguntas:

"¿De qué testigo fuera la pupila que en ese momento estremecido asiera el don del Diablo?" / "¿En qué estatua de sal se hubiera convertido tal mirada frente al albor surgiéndose en la forma?, / "¿Frente al nada como velo descorriéndose ante el todo, surgiendo de la bruma de aquel parto?"

Ante tales cuestionamientos, el poeta se permite escribir versos donde juega con las palabras. "Caen helados rayos entre las hondas ondas" y no tarda en hacer aparición en medio de lo terrible, la rosa. "Abre el mar su rosa de los tiempos, es una tea de espuma en donde empiezan a arder lustros y años y meses y minutos, los segundos… los siglos…" Consciente de arrastrar consigo a sus lectores, López Moreno realiza su viaje iniciático donde describe con lujo de detalles: "Hay un rubro de fósforo, fiel de rotaciones y un sistema de espumas girando en torno suyo; oscilan combustiones, de la ola a la ola, sumando sus hogueras al carnaval hidráulico que fluye entre la calma y el estruendo".

No cabe duda de que nuestro autor ha sido poseído por una serie de visiones que te hacen recordar los estados alterados de conciencia a través de los cuales se puede acceder a otros planos de pensamiento y de realidad. Es como si López Moreno mirara a través de una ventana y escribiera lo que ve para que sus lectores también puedan verlo a través de la ventana de la poesía.

Asimismo, estos versos están animados por el carácter onírico como sucede en el segundo poema titulado: Sueño antes de 1. Imposible no recordar a Nerval, "ese loco, el sublime insensato…" y las nervaduras de lo intangible entretegiendo otro universo. Si bien en el primer poema la voz poética nos mostraba un escenario en toda su amplitud, en el segundo poema esa voz se modifica y desde la primera persona del plural nos anuncia una nueva humanidad. "Aquí estamos, pobladores de lo aún no poblado, / raza del infinito que toca la pupila, primera vez en el mundo, la roca asediada por su agotamiento, las planicies corrugadas, todavía humeantes, los vértigos a orillas de los precipicios, las alturas en donde impone el frío sus auros estandartes. Nada es nombrado todavía." Este último verso nos remite a la ausencia de Dios pues Dios dijo que se hiciera la luz y la luz se hizo pero aquí si aún no hay nombre, no hay creación. Y si todo es silencio hablamos de la existencia de seres distintos a los cotidianos, a los que se requiere escuchar a través de los oídos de la percepción. También se habla de un Dios con características distintas y particulares pues cuando se hace alusión a Él se le nombra como: "Dios de los precipicios. Dios de los yacimientos. Dios de los hondos del oxígeno. Dios de las cámaras subterráneas." Aunque se trata de un Dios definitivamente terrenal, no tiene nada que ver con la imagen de un Dios consolador.

Por otro lado, llama la atención la aparición repentina de una maravillosa serie de endecasílabos que prosiguen la invocación divina como letanía:

"Piramidal, funesta, de la tierra / la sombra del carbón precipitada / de su vaso de sal, urna vertida / de su levigación / vuelta en entero. /" Y con este canto concluye el poema para entregarnos los versos de Cuaternario, tercer poema del libro donde el elemento que predomina es la tierra convertida en polvo. "Polvo de sol. Polvo de luna. / Polvo eres y en polvo te convertirán los signos", mientras en contraposición se alude de numerosas maneras a la luz, concluyendo con el verso final del poemario que dice: "El sol entró por la ventana de la bruma como fogonazo".

Un libro en tres poemas o movimientos de una sola partitura donde, una vez más, el poeta Roberto López Moreno nos congrega en su voz que es su cosmogonía donde el lector podrá morir antes de morir y renacer antes de la resurrección.


Carmen Nozal 


La luna ilumina en las cuatro direcciones

Pamela González es parte de una generación de mujeres poetas cuya autoconciencia está formando una vanguardia literaria femenina-lunar. Una generación por sí misma no representa una coincidencia poética, una vanguardia sí. En México hay una larga lista de escritoras cuya creatividad ha enriquecido nuestro lenguaje, pero hasta ahora no han existido muchos movimientos literarios formados solo por mujeres, las mujeres han formado parte de las vanguardias en México y el mundo más de manera accidental que esencial. A contracorriente de tal contexto, la poesía generada en el Taller de la noche, dirigido por Adriana Tafoya, ha representado el lugar de encuentro de muchas voces femeninas y ha formado la escritura de poetas como Araceli Amador, Ruth García, Alma González Carrillo y la propia Pamela González. Aunque cada poeta tiene un estilo propio, hay ideas comunes: la crítica del patriarcado y el capitalismo, la reinvención de los ritos y la mitología de la feminidad; y un cuidadoso trabajo de la imagen poética con su simbología.

En este sentido Lunuli es heredero directo del poemario Li de Adriana Tafoya, publicado a principios del 2023. Li fue una silaba, un neologismo, un pronombre y una estrategia inventada por Tafoya para transgredir la jerarquía del género en los pronombres el/ella, para no seguir nombrando a Él como fundador de la palabra y el mundo; pero también ir más allá de "ella" como ser dependiente de "él"; de tal manera que Li es alguien más lejano de él y ella. En este contexto de la transgresión del lenguaje Lunuli es, posiblemente la inicial metrópolis en el terreno de Li, la mujer más lejana de la mujer, el hombre más lejano del hombre.

El poemario de Pamela González representa la poética lunar-abisal a partir de dos ideas: la crítica de las estructuras sociales de sometimiento y la recreación femenina de los cuatro elementos.

Por crítica poética de la sociedad entiendo la conciencia del significado de los símbolos y sus implicaciones en un determinado orden existencial, implicaciones que pueden ser la imposición violenta de una ideología o una resistencia al dominio. En Lunuli hay una conciencia política de los símbolos en la división de imágenes solares y lunares, en el poema Estirpe, festín de sierpes se lee: "Verbo del otro, obediente. /Cuerpo del otro, sometido./ El mundo sin el otro, es el reino de lo mismo:/ lo único/ lo insensible… el giro-sol es un efímero brote florido y el gineceo vítreo es infinito". El giro-sol indica el sistema que busca extinguir las diferencias, el uno que absorbe al otro, eternizar la verdad de los que detentan el poder, por el contrario, el gineceo es el símbolo lunar de una continua y libre expansión de las diferencias, dicha oposición será reiterada en el transcurso de los poemas. Otra parte de la crítica de Pamela González se encuentra en la creación de un imaginario de los ritos iniciáticos más allá del sistema patriarcal ya que, como afirman muchos antropólogos[1], en varios países los ritos de tránsito en que la niña se vuelve mujer son cruentos y no hacen más que expresar la misoginia de la cultura, pues los ritos de pubertad separan a la mujer desde la primera menstruación por el tabú de la sangre e incluso se llega a la mutilación del cuerpo femenino. De modo opuesto, poemas como Flores rojas, Ágape o Rito de paso con Una logran crear rituales donde la mujer lejos de ser segregada o violentada, consigue afirmar la vida y triunfar al unirse con el agua, los bosques, la tierra o el fuego.

Los elementos

En Grecia las preguntas ¿Qué es la realidad? ¿qué es la naturaleza? ¿cuál es el origen o la causa del universo? Fueron contestadas por los primeros filósofos mediante los cuatro elementos. En aquella época las mujeres no tenían permitido participar en las teorizaciones filosóficas como ahora ¿Qué hubiera sido de la historia si la doctrina de los cuatro elementos hubiera sido pensada por una mujer y no por Empédocles y la tradición platónica? La respuesta está en el libro de Pamela González 2000 años en el futuro y consiste en la conciencia de la polaridad de los elementos, es decir, en algunos casos un elemento funciona de manera solar y en otros, lunar.

Agua

En los poemas el agua forma remolinos que, en una epifanía del caos, indican un símbolo que es nombrado constantemente: la espiral. Así en el poema Estirpe, festín de sierpes, la serpiente está implícita en la frase: ¨un proceso de mujeres, cíclico" o en el poema Flores rojas afirman los versos: ¨he de ser el lago que nace y muere en el monte regido por la luna…para gestar espirales en mi lengua…". La espiral es una imagen de la Diosa y expresa el tiempo no lineal, el ciclo; la línea recta es el tiempo de la modernidad y el progreso, el tiempo solar, la línea amarilla que establece un límite entre el suelo y el abismo como en el poema Hiperviolenta. La espiral y la línea recta expresan dos ideas diferentes del tiempo. La línea recta es ascenso, la espiral es descenso[2] a la profundidad de las aguas y el retorno a la vida. El ciclo está en la transformación infinita de las caras de la luna como la serpiente que cambia de piel, el sol tiene una sola cara y tiende a lo eterno. El agua aparece como solar cuando significa ahogo y melancolía (poema Humo).

Aire

El viento está cifrado en los símbolos del pájaro que representa la ligereza, el tiempo, lo indefinido, lo libre. En el poema El nacimiento del mirlo encontramos las siguientes imágenes: "Llegaste con alas de agua repletas… y tu pico, amarillo de notas…Llevas en el vuelo la memoria de siglos…migrar es un movimiento perpetuo…la palabra es la rama que une la nube con el subsuelo" Las palabras quieren decir que el viento es el vehículo de la música y del lenguaje, en los versos de Pamela se escuchan los ecos de la tradición poética oriental que tenía la noción del lenguaje de los pájaros pero también de Homero quien utilizaba la expresión ¨aladas palabras¨. La palabra como voz aérea es el vínculo entre el arriba y el abajo, el adentro y el afuera a través de la respiración. Sin embargo, los símbolos del viento no solo hablan de la libertad pues también se presentan con la solaridad del rey: "cuando enemigo es este polvo dorado", signo de Zeus en el poema 16, 51, 59.

Tierra

Los símbolos terrestres del poemario son el árbol, la piedra, la calle, la cocodrila, la perra, la serpiente, la vaca y el toro. En el poema Tierra de lunas se dice: "El tiempo del toro es sagrado, el arado su instrumento trabaja eterno bajo el sol… ¿Y el tiempo de la vaca? el tiempo de la vaca es sagrado, sus cuernos; lunas menguantes aún destellan en lo oscuro". El fragmento separa los animales de la tierra en diurnos y nocturnos, el toro es solar y la vaca es lunar. El toro es el trabajo, lo útil, el poder, mientras que la vaca es la fertilidad y la leche, no se olvide que una cabra le dio leche al dios Zeus cuando niño y que la misma cabra, la Diosa blanca (Leucotea), le dio el cuerno de la abundancia. En la mitología nórdica Audumbla es la vaca que existía en el origen del universo y alimentaba al gigante Ymir.

Fuego

Los símbolos que corresponden al fuego son la lámpara, el incendio, el humo y la hoguera. En el poema Intercambio de incendios el fuego es el goce de la ruina y el deseo: "Me regocijo cuando descubro el brillo sublime de un alma caminando hacia el desencuentro…y desatarán otros fuegos …Solo rompo lo que está completo". El significado solar del fuego puede ser la luz que seca el tiempo como en el texto Angustiadas, las Horas, cavernan donde se afirma: "Hay días de pájaros caídos/ de luces que hieren el agua …angustian las horas". En el poema Abrazo, el fuego es descrito como "una brasa que aleja la muerte…brizna encendida" en este sentido una de las aportaciones de Lunuli es la transmutación alquímica de los elementos, la síntesis de opuestos, ya que el símbolo brizna encendida mezcla en oxímoron el fuego y el agua, así en otras secciones del poemario encontramos imágenes de síntesis como "se inunda el aire", "desangrar la tierra" o la más bella que logra la unión de los cuatro elementos (poema Islas Medusinas): "hasta que una gota roja nazca entre los labios y se alargue en un hilo de palabras cuyo vuelo alcance la emoción de donde germinen" en tales versos la gota representa el agua, el rojo es fuego, el vuelo es aire y el germinar es la tierra.

Las personas que lean Lunuli tendrán la experiencia de una nueva fundación del imaginario de la naturaleza, más allá de las modas vacuas que manipulan la palabra, pues las y los poetas tienen la tarea de darle nombre a las cosas, dar nombre es una forma de dar la vida, dar nombre también es resistir a nombres impuestos y la concepción poética de Pamela González hace un espacio libre donde se une la intimidad con la savia de la naturaleza.

Armando M. Morales


[1] Cfr. Los ritos de paso de Arnold Van Gennep, La rama dorada de James Frazer o Nacimiento y Renacimiento de Mircea Eliade, en los cuales queda claro que en algunas regiones de África, India o Australia la sangre menstrual se ha considerado como un elemento maldito y a la mujer menstruante como un ser peligroso.

[2] La teoría de Gilbert Durand en Las estructuras antropológicas del imaginario nos ayuda a categorizar los símbolos de acuerdo a la oposición entre el régimen diurno de la imagen encabezado por los símbolos ascensionales o solares y el régimen nocturno implicado en los símbolos abismales o lunares. 


Adriana Tafoya es una poeta mexicana con una trayectoria de casi 20 años de publicaciones. Su primer libro, Animales seniles, apareció en el 2005, y en el 2024 tenemos la oportunidad de presenciar el nacimiento de Li.

Adriana es uno de los pocos testimonios en la actualidad de una vida consagrada enteramente a la poesía, como editora, como maestra de un taller literario y principalmente como poeta, en ella se afirma la vocación de la que hablaba Rilke en sus famosas cartas: "«¿Tengo que escribir?». Excave en su interior en busca de una respuesta profunda. Y si esta fuera afirmativa, si usted pudiera enfrentar-se a esta grave cuestión con un enérgico y sencillo «tengo», entonces construya su vida en función de esa necesidad". Adriana dijo que sí al llamado de la poesía y sabe que dicha actividad no es un sim-ple llenar páginas para tener fama, sino la volun-tad de cambiar la vida.

En la producción de Adriana Li se ubica después de Huevo moteado (2021), aquel poemario preparó el terreno para la aparición de Li porque ejerció la destrucción del régimen diurno de la imagen, que es el sistema de símbolos basado en la verticalidad, el poder jerárquico, el dominio solar y el patriar-cado, Huevo moteado concluye con la aparición de una Diosa Atea que instaura una forma no-fálica de habitar la tierra y, sobre todo, una nueva forma de hacer poesía.

La novedad de Li es continuar con la re-creación del universo poético que inició Huevo moteado, esta vez a partir de la transgresión de la morfología de las palabras, según una semántica femenina y nocturna. Hablar de literatura femenina suele ser motivo de polémica porque la gente ingenua suele pensar que ser hombre o mujer no afecta a lo que se pueda escribir, pero eso es mentira, el género es un sesgo de la escritura plagado de símbolos que producen efectos específicos y parte del trabajo de la literatura y la crítica es hacer visibles tales efec-tos en nuestra comprensión del mundo y en nues-tros vínculos sociales. Es cierto que no estamos condenados a escribir según los conceptos que nos han educado, pero para librarnos de los prejuicios tenemos que hacer un trabajo crítico y poético so-bre los conceptos.

La gramática no está exenta de política. Hasta hace poco la gente respondía ante una pregunta incomprendida con un ¿mande? E incluso ¿mande usted? Es decir, con una fórmula lingüística que im-plica el sometimiento, se induce que el oído existe para recibir órdenes. El lenguaje guarda muchas expresiones que hablan de las relaciones encráti-cas en la sociedad. El lenguaje estructura nuestro pensamiento, sobre-codifica las identidades de las personas, sus funciones, su estatuto político, su gé-nero, su roll social. Nuestra experiencia está has-ta tal punto sobre-nombrada que ni siquiera nos damos cuenta de nuestra jaula como los animales nacidos en zoológicos no se imaginan la existencia del mundo afuera.

¿Cómo estremecer la prisión del lenguaje? ¿Cómo resistir la sobre-codificación del régimen diurno del poder?

Uno de los aportes de los formalistas rusos a la teoría literaria es la idea de que la literatura des-automatiza nuestra relación con el lenguaje, el lenguaje literario sustrae a las palabras de su cir-culación como moneda de cambio, su función ins-trumental y significado habitual. La persona que lea Li experimentará el shock de la desautomati-zación del lenguaje, en este libro jamás aparecerá el pronombre personal él, la morfología de él será transgredida en virtud de una semántica femenina porque se busca que el discurso de él se vuelva ino-perante, él que condensa en dos letras el conjunto de símbolos de opresión que hemos nombrado, la teología del dios cananeo padre-él. En nuestra épo-ca la sociedad es reaccionaria a la poesía porque este tipo de transgresión lingüística se ha manifes-tado bajo el nombre de lenguaje inclusivo y éste ha sido rechazado vehementemente por las masas. El pronombre personal elle tiene como finalidad in-gresar en el espacio de la manifestación lingüísti-ca a las personas no binarias, personas que no se identifican como él o como ella. Los adversarios del lenguaje inclusivo se regocijan en el conservadu-rismo de sus estructuras, en la presunta naturaleza originaria e inamovible de sus pronombres, digo presunta porque el lenguaje en su modalidad de habla, es decir como práctica social, siempre ha sido mutación, variante dialectal, jerga, idiolecto, doble sentido, diseminación, errancia, diferancia. Los partidarios del conservadurismo lingüístico privilegian la lengua y no el habla, la estructura y no la práctica, el modelo jerárquico y no la vida en su pluralidad poética.

Adriana elige Li y no elle porque elle todavía tie-ne como inicial la e de él, así como ella sigue, como pronombre, dependiendo de él. Li no depende de él, Li es otra cosa, otra fuerza. Mientras que él orde-na, Li ama, mientras que él separa, Li une cuerpos. El poemario tiene como uno de sus temas princi-pales el erotismo, erotismo que a su vez será com-prendido desde los símbolos del régimen nocturno de la imagen, desde la feminidad.

Analicemos uno de los poemas más elocuentes en cuanto a la conjunción de transgresión morfoló-gica y semántica femenina:

III

Hace falta descansar

ser ingerida por li agua de un estanque tomar descanso

y hacer li amor con peces.

Ser una rosa diluida

en sus aguas

Dejar a li descubierto

li capullo de li piel

para que esos animales encendidos rodeen aprieten

con sus dedos.

Según Gastón Bachelard los elementos se divi-den en masculinos: aire y fuego; y femeninos: agua y tierra. En Babilonia se sabía que la Diosa Tiamat era reina de las aguas primordiales pero esta diosa fue asesinada por su hijo Marduk, quien representa el régimen solar. El poema citado se sirve de sím-bolos acuáticos para celebrar el regreso triunfante de la Diosa, li Diosa con su flor de lis que antigua-mente era un símbolo heráldico. Se habla del agua del estanque, los peces, el amor y el sexo como di-solución en las aguas. Por otra parte, él y ella son sustituidos por li, no es el agua, es li agua, no es el amor sino li amor. El erotismo de las aguas es un acto de apertura en el cual el ser humano quiebra el capullo de su férrea racionalidad, su lenguaje ca-parazón, y deja que entren o broten los animales, esa animalidad que Occidente marginó en el barrio de la locura.

No obstante, aunque li sustituye el pronombre él, eso no significa que el texto instaure una utopía donde está prohibido ser hombre, más bien li rea-liza el acto de humedecer la masculinidad, por eso en el poema AA se afirma:

AA

  • En espera de lis hombres lunares esos nombres distintos

hijos dil semen fresco de lu higuera que estaban unidos

a nosotras por li río.

Esos hombres no invasores

pero comprometidos

con li agua

porque su erección crecía

a ritmo de lis olas.

El poema se llama AA, la A simboliza los cuer-nos del fenicio Moloch y la unidad primordial, el uno neoplatónico, pero si se añade una A entonces significa dualidad, trabajo colaborativo como la Álef y la Bet en la cábala. La A ya no está constru-yendo en soledad el universo, el título nos invita a pensar que en el principio eran dos, un hermafro-dita gozándose en su unión, en chino unicornio es ki-lin, ki el macho y lin la hembra. En el libro Hue-vo moteado Adriana comenzó con una A inclinada,además creó la figura de Una como oposición al uno de los platónicos. En el poema AA se sueña con lis hombres lunares, hombres que no afirman su masculinidad con la voluntad de dominar sino que vienen de la higuera, la higuera es uno de los árboles consagrados a Deméter, si se abre un higo aparece una vagina, la A invertida también parece vagina, la inversión de la A implica cambiar el eje del mundo, no hay tendencia hacia la ascensión so-lar sino hacia el descenso infernal.

Los árboles tienen un vínculo esencial con las vocales tal como demostró Graves en La Diosa blan-ca, el alfabeto ogámico de los celtas hacía corres-ponder las letras a árboles distintos, a incisiones en los árboles (de una a 5 incisiones) y a los 5 dedos de la mano, por eso la mayoría de poemas de Li tienen títulos con las 5 vocales. La higuera corres-ponde a la runa Fehu que simboliza abundancia y riqueza. Además en el Zohar se considera que es el árbol del paraíso. De modo que los hombres luna-res hacen alusión a los símbolos de la feminidad, su semen es el chorro de espuma que evoca el falo castrado de Cronos.

No es la primera vez que Adriana desfaliza el erotismo masculino, en el poema Viejos rituales para amar a un anciano mencionaba que "No es-peres erecciones, goza dedos. Su sabor es dulce y fuerte como los higos". Digo desfalizar y no castrar porque Adriana no elimina el erotismo masculino, lo transmuta. El anciano tiene el sabor de la fruta de la Diosa. Los hombres lunares pues, son hom-bres que siguen el llamado de la animalidad como en la carta de La luna del tarot, van en busca de La alta sacerdotisa, Hécate, no para imponer sino paraaprender, siguiendo el ritmo aleatorio de las olas y no el ritmo calculado del sol.

Quien lea Li debe bajar la guardia de la correc-ción gramatical, corrección proveniente del conser-vadurismo metafísico. Adriana está pariendo un linguaje que busca alterar las estructuras lingüís-ticas con las cuales hemos comprendido el mun-do desde los orígenes latinos de nuestra lengua. En realidad, las escritoras han tenido un ferviente deseo desde hace siglos de crear una lengua pro-pia más allá de la lengua del patriarcado, así en la Edad Media la mística Hildegard von Bingen creó una lengua ignota, en la época Barroca Sor Juana edificó su Primero sueño donde intrincadas metáfo-ras encriptan los símbolos nocturnos de la Diosa, en 1983 la escritora de ciencia ficción Suzette Ha-den Elgin creó su Diccionario de Láadan, un ambi-cioso proyecto que consistía en crear una lengua esencialmente feminista para un mundo de ciencia ficción presentado en la novela Lengua materna. En Li Adriana continúa la disidencia de las escritorasque buscan crear un lenguaje propio, una habita-ción propia y es el mérito mayor que debemos re-conocerle.

Armando M. Morales


Prólogo para Enamorado de fantasmas

o la consolidación de la efigie

El poeta sombrío, erótico, esotérico, Armando M. Morales, entrega un trabajo lírico que ha tenido una evolución profunda. Evangelio de la depresión (2019), su primer libro publicado bajo este mismo sello editorial, ya mostraba un verso irreverente, incorrecto, rebelde (por no decir, revelador) donde la anofelorastia; parafilia cuya base de la excitación sexual se produce al profanar objetos sagrados, pergeñaba su atmosfera versal. Posteriormente edita Mis sueños terminan con la muerte (Amazon,2022/ Editorial Chipotle,2023) donde con intuición va perfilando su tendencia a manifestar mundos alternativos, que, a través de la escritura se suceden plausibles. Las fechas de sus publicaciones se vuelven más cortas, M. Morales entra con más ahínco en el mundo editorial, dando la posibilidad al lector amante de los textos filosóficos-oscuros, de tener acceso a una poesía no contaminada por un canon, que tiene más de 50 años de no ser cuestionado. Poemas para prevenir el suicidio (Campo Literario, 2023) se presentó como una segunda parte del Evangelio de la depresión. Este título nos abrió las puertas a un tema complicado para muchos; el suicidio, sin embargo, Armando nos demuestra que la trama de morir, nos acompaña todos los días, aunque no la tengamos consciente.

Este año nos obsequia una obra disruptiva, que reúne su pluma inédita de 2012 a 2023, dividida en dos títulos; La encarnación de eros y Enamorado de fantasmas. Este segundo mencionado, nos hará entrar a un submundo donde es viable hacer del ideal una sublimación. Título donde el poeta fabrica y logra elaborar una hiperrealidad, que habita con seres místicos, divinidades, - incluso-, el amado mismo. Es importante hacer hincapié que M. Morales tiene una pretensión poco usual dentro de la preceptiva actual de la poética gay, que se ha centrado principalmente en la praxis carnal de lo presente y, a diferencia de ésta, persigue hacer corpóreo lo concebido a través del nigredo, del albedo, del citrinitas, del rubedo; dar potestad a la Idea y, un saber al entorno donde cuidadosamente, a la manera de Huidobro, crear árboles, flores, frutos, paisajes, etc. Pero en diferencia a él, está presente su amor por natura; la Diosa triple, Kubaba-Innana-Ishtar, la Diosa y todos sus nombres, cito: "Diosa en llamas dame el amor que siempre quise", promulgándose, tal vez como un nigromante de lo poético.

El poeta consigue solidificar una burbuja de realismo partiendo de tres secciones: (Rosario) homoerótico, El llamado del ángel y Hado, donde concreta, con el uso de recursos retóricos, símbolos, mitos y conjuros a divinidades; un ser transmutándose, que en principio es un homúnculo, luego un fantasma, para después una entidad en evolución, un híper ser. Con el cual logra la realización interna, existencial; un alter ego encarnado en el Hado, ser hecho al igual que Blodeuwedd en la mitología galesa, de flores del roble, de retama y flores de la reina de los prados. Más en la entidad del Hado; de flores inexistentes y la consolidación de su vivir a través del imago, el sueño, el arte. En palabras de Henry Corbin, "Mundus imaginalis".

Las referencias que ha retomado el poeta para su creación y trazar su geografía poética, son variadas; pueden ir desde Catulo hasta Arthur Rimbaud y Paul Verlaine. Desde el poeta griego Constantino Cavafis, hasta Abigael Bohórquez y el casi inédito, José Blas. Lejos de explorar solamente los mismos temas e inquietudes, el poeta Armando M. Morales va un poco más allá, al utilizar una alquimia lírica en dos operaciones fundamentales: La disolución y la encarnación vaporosa, desarrollada a conciencia en el llamado del ángel y el Hado: "ama a quien no existe".

Es bien sabido que México ha formado importantes bardos que han beneficiado las letras mexicanas con su perspectiva, como lo fue, el célebre grupo de Contemporáneos integrado por Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, así como Elías Nandino y Jaime Torres Bodet, todos ellos homosexuales, todos ellos, componentes y referentes para una actual tradición que está consolidando un fresco canon poético gracias a sus aportaciones al movimiento LGBTQ mexicano, que han ido enriqueciendo hace unos años, poetas como Sergio Loo (1982-2014), Sergio Téllez Pon (1981), Saúl Ordóñez (1981), Alex Campos Oliver (1983), Edwin Canuto Roldán (1988), entre otros.

Armando M. Morales (1992), pertenece a una nueva generación de voces que están alcanzando actualmente la madurez. En su caso, tal vez dicha maduración se está perfilando poco a poco más sombría y decantada, más existencial y mística, a través de diversas fórmulas clásicas con sus debidas mutaciones, pues por su formación filosófica, el concepto propio de trascendencia poética, encuentra nutrimento en ella.

En este libro, titulado Enamorado de fantasmas, complemento de La encarnación de Eros, el lector encontrará una propuesta que hace posible lo sobrenatural, lo paranormal; una iniciación dirigida al encuentro con el Hado y el Hades, un sitio distópico pero habitable, cito: "Esas horas no eran para transitar, pero las mariposas nunca obedecen".

Adriana Tafoya


Crisis y renovación del lenguaje

Cierto es que en la literatura mexicana han existido valiosos poemas que lograron la enunciación de tesis radicales sobre la esencia del lenguaje, tenemos el debate entre Muerte sin fin y el Canto a un Dios mineral; o Cada cosa es Babel de Eduardo Lizalde. Sinembargo, pocas veces se ha visto una conciencia metalingüística tan profunda y constante como la que ha consolidado Becky Rubinstein en De letras Babilonia.

Poema tras poema, la poeta combina el habla coloquial con una teoría sobre las palabras, el nombrar o la tradición. Mi lectura constituye una narrativa para agrupar las ideas fragmentarias del poemario en un movimiento del pensamiento del lenguaje sobre sí mismo, en De letras Babilonia podríamos reconstruir dos episodios: la certeza de la caída del lenguaje y la concepción de un lenguaje resignificado.

La caída del lenguaje

En un texto enigmático llamado Sobre el lenguaje en general y el lenguaje de los hombres, el filósofo Walter Benjamin reflexionó mediante un imaginario hebreo las categorías del lenguaje de la caída y el lenguaje del paraíso, lenguaje de la caída es aquel que, según la ideología burguesa es un instrumento de comunicación, donde las palabras llegan a sobre-determinar las cosas encubriendo hasta el olvido su ser espiritual, "el abismo de la charla" que nos impide conocernos a nosotros mismos y al mundo. En los poemas de Becky Rubinstein encontramos pensamientos análogos a los de Benjamin, ocurre el fenómeno del lenguaje consciente de su muerte, así en el poema Tragedia 6: "Las dejo morir de sed de hambre de hastío. Secas las palabras instalo un féretro en la sala de estar". Se habla de palabras que pierden su sentido y padecen su muerte, incluso como si la poeta dejara morir la lengua, como si la época en que vivimos la poesía preparara su ocaso.

El mito de la caída del lenguaje está presente en el título del libro, De letras Babilonia indica la historia del génesis de una torre que simboliza la arrogancia del ser humano y cuyo castigo divino es la dispersión de lenguas, en el poema Teoría 1 se establece la crítica a esa arrogancia metafísica que pretende dominarlo todo: "En el mundo de la teoría la "Reina Mayúscula" que imperó sobre el Nuevo Mundo concibió –además de hijos para reinar por


los siglos de los siglos ̶una teoría única por el derecho y por el envés. Una sola lengua ¿para hablar consigo misma? Una sola moneda ¿para el furor de las compras de ocasión? Un solo y único dios ¿que conduzca a los creyentes irremediablemente al cielo? (...) igual que el "Imperio Mayúsculo" (Donde jamás se despedía el sol) que habla una lengua que compra pan con más de una moneda que mide a sus vasallos con la misma vara". En dichos versos la grafía mayúscula indica la tendencia imperial y monológica del lenguaje concebido desde la metafísica, la pretensión de un reino eterno y de la aniquilación de las diferencias, palabras que esclavizan sobrecodificando a los otros, el simbolismo solar que al estandarizar la experiencia niega el lenguaje creador.

Por último el lenguaje de la caída se vuelve prisión existencial como está escrito en el poema Instructivo: "Nada de extrañarse cuando el reloj está de cabeza y la mujer se lava se exprime se tiende y se nulifica en el diario quehacer que no termina en años (según el instructivo que no cambia…en años luz)". Un instructivo es un código cuya función apelativa enuncia órdenes, el poema designa a una mujer detenida en el ritual de lavar, su orden es lavar y nulificarse en los quehaceres asignados por la sociedad patriarcal, en los versos de Rubinstein, el reloj invertido nos recuerda la carta del tarot llamada El colgado, un personaje inmovilizado en un acto de sacrificio, como si la mujer suspensa en el instructivo fuera interpelada a liberarse del ritual del tiempo solar en las horas secas e ir más allá de la tierra baldía. Se escribe la necesidad de recrear el lenguaje.

La concepción del lenguaje

Más allá de un lenguaje que habría perdido en nuestro tiempo su centro, en los poemas de Becky hay muchas imágenes donde la palabra se afirma como si fuera un enjambre o una jauría de seres vivos intangibles, un lenguaje que brota y nace continuamente, como en Poema por minuto: "Asedian atacan se multiplican como conejos. El mago del sombrero nologra volverlos uno. (...) Los poetas somos magos a la fuerza bajo tortura la propia." La poeta es aquella que de un sombrero donde están todos los poemas posibles extrae los versos sin que una voluntad de unificar el significado prevalezca sobre la multiplicidad de sentidos, la imagen del sombrero como fuente es opuesta al símbolo de las horas y palabras secas.

El imaginario metalingüístico de Becky Rubinstein funda una relación con el lenguaje más allá de la instrumentalidad de la representación, no en el nivel morfosintáctico sino en el semántico, en el poema Abecedario leemos: "Los espejos reflejan lo que no existe lo que


nadie ha visto lo que jamás fue inventado por mano humana. Reflejan el abecedario de tu cuerpo de la A a la Z", una comprensión ingenua pero habitual del lenguaje sostiene que el (pensamiento) lenguaje es un espejo de la realidad, que la función de la herramienta lenguaje es reflejar lo que queremos decir sobre la realidad, sin embargo, la poesía de Becky Rubinstein supera esa idea proveniente del lenguaje de la caída, en los versos de Abecedario el lenguaje es un espejo ciego, un espejo que refleja lo imposible y laimposibilidad del reflejo. Aún más, si el lenguaje refleja algo que no existe y ese algo es un conjunto de letras, entonces esas letras no son de este mundo, son letras mágicas como aquellas que en el hermoso relato del Zohar se presentaron ante Dios para crear el cuerpo del universo, "Él las contemplaba y se deleitaba con ellas. Cuando quiso crear el mundo, todas las letras, pero en el orden inverso, se presentaron ante Él.". Además ese abecedario mistificado refleja un cuerpo denominado con la palabra "tú", como si fuera alguien amado e imposible aquel que fuera a ser configurado con las letras, un otro u otra que se evoca en la palabra.

El poema Fotografía prosigue el trabajo de transgredir la representación: "Sucede que la fotografía no tomada aparece en una revista de moda (...) Exige –como se exige la paga de la renta‒ se la contemple desde el escándalo de jamás haber sido lo suficientemente fotogénica ni estrambótica ni literal.". Una fotografía es una cosa que aparentemente validaría la idea del lenguaje como representación, un lenguaje objetivo y ajeno a las interpretaciones pero ocurre exactamente lo contrario, en el texto de Rubinstein la fotografía "no tomada" hace la ausencia ("las palabras no hacen el amor, hacen la ausencia" decía Alejandra Pizarnik) en el ojo de la objetividad, la fotografía inexistente reclama ser contemplada, y se regocija en su no literalidad, en su fractura del platonismo, pues Platón afirmaba que existen las ideas perfectas de las cosas y que estas imitan, pero la fotografía de Rubinstein se deleita en su carácter de simulacro, en el hueco que instala en el significado.

En un tiempo donde las palabras se desecan, donde el lenguaje hace eco de una soledad que nos aísla dentro de una sociedad globalizada, donde hay una ausencia de comunidad al interior de la superconexión tecnológica, los poemas en De letras Babilonia afirman la pervivencia de una tradición, un comunidad secreta al sentir la presencia de los muertos, el llamado a cuidar el fuego de una palabra dicha en el pasado, así leemos un tejido de intertextualidad donde se anudan versos de Shakespeare, Rimbaud, Santa Teresa, Neruda, T. S. Eliot. No obstante, la tradición no permanece intacta, se ama el texto transgrediéndolo, de tal modo el mito de Romeo y Julieta es reescrito en una serie de poemas con el título de Tragedia: "¡Romeo está muerto nos dejó en la flor de la edad! No alcanzó regar a tiempo la


tierra baldía. Una incógnita más para Sherlock". Tierra baldía, la obra maestra de Eliot, es un poema que expresa el nihilismo a través de muchos fenómenos, entre ellos el amor, Tierra baldía habla de la decadencia del amor, la muerte de Romeo implica que el amor nopudo ser salvado por su héroe y solo nos quedan migajas del amor profano, la muerte de Romeo es la muerte del amor, en un solo poema cruzan siglos de literatura inglesa, Shakespeare, Conan Doyle y Eliot.

Para concluir me gustaría indicar un último tema lingüístico en el poemario y es la incorporación de la poesía, por incorporación entiendo el trabajo de interiorización del lenguaje en la propia existencia, es decir, si bien De letras Babilonia es un libro que destaca por ser la poesía de la poesía, no es al modo de un lenguaje impersonal y abstracto como en su momento fue la poesía de Valéry o la de Mallarmé, sino la creación de un cuerpo femenino con las palabras ("haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo" otra vez Pizarnik), por eso la poeta utiliza un lenguaje coloquial en lugar de un lenguaje barroco, para buscar el sentido de una vecindad entre la palabra y el cuerpo, así en los textos destacan poemas como vestidos, aretes que simbolizan el tiempo, el "sudario que cosió mi abuela" (imagen de la literatura como tejido, el hilo narrativo que las hadas urden), un testamento. La poesía es la escritura de sí misma, o bien, con palabras de la poeta ""personalizo mis versos personalizo mis huellas".

Termino como empecé, enunciando que cuando la crítica literaria decida hacer una historia de la literatura metalingüística, la historia de las obras en las cuales el lenguaje sea el protagonista, el poemario De letras Babilonia ocupará un lugar decisivo.


Armando M. Morales


Estudio introductorio:

Lenguaje, naturaleza y conciencia

Roberto López Moreno es un poeta cósmico, su Libro VI: La construcción de la Rosa es un rito, en el sentido que Mircea Eliade daba esa palabra: el rito es la repetición del acto fundador del universo, el rito renueva las fuerzas creadoras del universo, o para decirlo mejor, las fuerzas poéticas del universo.

Nuestro mundo dominado por las pantallas ha perdido el contacto con la naturaleza, parece que da lo mismo que plantas y animales perezcan por millones mientras nuestra existencia no sea privada de sus utensilios. Hay quien ya no puede distinguir las plantas reales de las artificiales, el lenguaje ha devenido el samsara de los debates políticos estériles. Ni naturaleza, ni lenguaje, ante esto, ¿cuál es la función del poeta? Y ¿qué poeta puede estar a la altura de levantar la voz y decir algo de valor en nuestro tiempo absurdo, tiempo en el cual los discursos van y vienen? Contrario a lo que se piensa, sostengo que los poetas son intempestivos, no son simples reflejos de su tiempo, quien es poeta incide críticamente en el presente/porvenir. En este tiempo estéril, de guerra y aplanamiento cultural, la poesía de Roberto López busca renovarlo todo, empezarlo todo desde cero. Desde luego la poesía cosmogónica ha contado con numerosos ejemplos en la historia, por eso, quien decida fundar mundo tiene que poseer amplios recursos en experiencia y talento para no caer en el cliché. Se necesita un inmenso esfuerzo para estar a la altura de un arquetipo. Roberto López salió venturoso de la batalla contra el ángel del poema, lleva a cuestas más de 20 libros publicados y para el lector de este poemario resultará claro que no es fácil sostener un poema con todo su sistema simbólico por páginas y páginas.

Tomemos como objeto de análisis su poema M, la M es inicial de madre y según Cirlot la letra M simboliza las ondas del mar, y el mar como útero del mundo es lo que aparece entre las primeras páginas del poema: "del verbo en que la masa de fuego se hace masa del agua" (p. 11). Este verso nos permite comprender que para re-crear el multi-verso Roberto López utiliza 3 fuentes que confluyen entre sí: el lenguaje, la naturaleza y la conciencia.

Lenguaje

En la cábala hay textos antiguos como el Sefer Yetzirah y el Zohar que destacan el poder de las letras como elementos que usa la deidad para crear mundo. He usado en más de una ocasión el verbo crear que también está asociado al creacionismo, vanguardia literaria en la cual Huidobro afirmaba que "El Poeta es un pequeño Dios". El presente libro asume explícita y reiteradamente la influencia de Huidobro, quien por otra parte, en un gesto metareferencial autodestruyó el lenguaje al final de Altazor. Por ello son significativas las referencias del lenguaje hacia sí mismo en el trabajo de crear un mundo poético en el transcurso del poemario:

"A, fantasmagórica, de zumo concentrado" (p. 11) "M, ay dando a luz" (p. 12)

"En su cuna de sodio van a ser inventados los idiomas azules del horizonte" (p. 13)

"Piramidal, funesta, de la tierra" (p. 21)

"latido del espacio (…) invierte la oración en su alfabeto, violenta la dirección verbal" (p. 24)

"Acuarimántima auroral y barbajacobina" (p. 35) "Hay un soneto, una sonata, un son nítido" (p. 36)

"taja las sombras con su sonaja: zzzza zzzza zzzzá zzzza zzzza zzzzá" (p. 47)

"ven, sí, ven haz, ven sed, ven sal, ven ya, ven voz" (p. 49)

En todos estos versos el lenguaje resplandece en cuanto lenguaje y no solo por su referencia a algo más, para crear un multi-verso las palabras no pueden ser solo herramientas sino que también tienen que ser el fin de la obra. En los dos ejemplos de la primera línea, las letras cobran el valor metafísico que les atribuía la cábala. En la segunda línea se usa la palabra idioma como articulación de la naturaleza, de modo que los horizontes, las aguas, los colores, todo se estructura lingüísticamente (incluso matemáticamente, si pensamos el número como forma lingüística). En la tercera línea se usa la intertextualidad para aludir el verso inaugural del Primero sueño de Sor Juana, aludir a Sor Juana no es un capricho sino la idea de que la tradición poética atraviesa el acto de creación, aún más, aludir a Sor Juana es interiorizar el conjunto sintáctico y semántico de lo que llamamos barroco, cosa clara en la construcción del poemario a partir de versos largos y metáforas de estilo conceptista. La cuarta línea es poderosa y subversiva porque implica que los estremecimientos de la materia transgreden los cimientos del lenguaje, su sintaxis, la materia poética tiembla, la lengua tiembla. Los versos de la quinta línea contienen neologismos, la poesía ha tenido desde siempre la potestad de enriquecer nuestro vocabulario y recordarnos que el lenguaje no es un sistema natural y acabado sino el producto de múltiples artificios. El segundo verso de la quinta línea es una aliteración donde el sonido se repite con diferentes sentidos. En la sexta línea la rareza del zzzza expresa la onomatopeya de una sonaja de magia simpatética. Por último, la séptima línea genera un encantamiento en el lector al repetir sonidos recordándonos que en el principio la poesía era música e invocación. En los versos citados es notable que la poesía no se limita a expresar contenidos externos sino que uno de sus mayores poderes es expresarse a sí misma, y que para lograr expresar con eficacia un contenido externo tiene que pulirse en lo interno de su hechura lingüística.

Naturaleza

Desde los clásicos 4 elementos, pasando por los átomos estudiados por la ciencia, el primigenio hidrógeno anterior al nacimiento de las estrellas, la materia está descrita abundantemente en los poemas del Libro VI. ¿Por qué esto es importante? Como habíamos mencionado, en la actualidad la naturaleza es comprendida como recurso natural, fuente de objetos útiles y ha sido ocultada por el pavimento y las pantallas, entonces puede ser aterrador y por ello sublime, que la naturaleza en los poemas produzca un shock en el lector con los movimientos originarios de lo que existe. La naturaleza le grita al ser humano del siglo XXI: ¡Aquí estoy! ¡Esto eres!

Tal estremecimiento podemos sentir en versos como: "No hubiera existido ojo para medir aquella hondura gigante del espanto. (…) Hidrogenito de oxígena mirada, el monstruo niño que nació de noche de la convulsa matriz de olanes grises, aúlla desde el terror (..) descendiendo (…) ascendiendo" (p. 12). El nacimiento del cosmos no es algo pacífico sino un parto laborioso y cruento, de hecho el primer viviente no es un límpido homo sapiens sino un niño deforme, en el tarot El sol es la carta de los comienzos y es representado como un niño o dos niños, pero aquí presenciamos el nacimiento de un niño nocturno, un titán cuyo movimiento rotatorio configura los estratos de la materia.

Sin embargo, la naturaleza no es presentada únicamente como caos de disonancias, por el contrario, en el transcurso del poemario aparece la idea de correspondencia como fundamento de la armonía cósmica. No es que los entes estén separados sin orden y sistema sino que cada ente se constituye en el acto de reflejarse en otros entes, como si el ser fuera la condición de posibilidad de reflejarse las cosas entre sí. El principio mágico de correspondencia aparece desde la página 18: "¿Cuál será reflejo de quién?, ¿quién de cuál? (…) Nada se moverá allá arriba sin que se mueva abajo (…) El sol, grano de fuego, en comunión con la más humilde partícula del polvo (…) nada es nada sin su otro". El lector habrá advertido que he utilizado las palabras armonía y disonancia que pertenecen al léxico musical y es que los movimientos y desarrollos de los distintos seres de la naturaleza equivalen a ritmos musicales. El antropólogo Marius Schneider escribió una obra tan vasta como difícil llamada El origen musical de los animales-símbolos en la cual habla de cómo el mero hecho de existir de los animales expresa ritmos sonoros distintos, uno es el ritmo grave de la abeja, otro el ritmo agudo del grillo, la tortuga tiene su propia sonoridad, la naturaleza se manifiesta en aullidos, cantos, aleteos, chillidos, intensidades, ritmos ambulatorios. La música de los animales se refleja en el mundo totémico de los humanos y en últimas consecuencias llega a la idea de la música de las esferas celestes. Schneider radicaliza a tal punto su tesis sobre el poder ontológico de la música que afirma que la capacidad misma de simbolizar (el principio de correspondencia) es derivada de los ritmos sonoros de la naturaleza y que la esencia de todos los fenómenos es el ritmo. Nuestra sociedad fascinada por el sentido de la vista, llamada por Heidegger la época de la imagen del mundo, ha descuidado la escucha como forma de comprensión del mundo. La escucha, empero, se distingue de la vista porque no pone un objeto enfrentado al sujeto sino que genera otra apertura de mundo, en la escucha el sujeto no domina pues se vuelve campo de resonancias, se funde con el ritmo, de hecho, un chamán es la caja de resonancias de los espíritus de la naturaleza pues experimenta el íntimo canto de lo real. Este contexto filosófico nos permite apreciar en su justo valor uno de los momentos más hermosos del Libro VI, el poema Ceremonia, en el cual escuchamos cómo la poesía nos hace experimentar los ritmos de la naturaleza:

Suenan los tambores.

La luna-laja, laja de espuma, laja, (…)

taja las sombras con su sonaja:

zzzza zzzza zzzzá

El jaguar asoma entre los pies danzando, (…)

Uno, dos, tres.

Uno, dos, tres (silencio de cuarto) cuatro, cinco, seis.

a mí me des tu faz, tu qué, tu ya, tu por.

Tu mí, mi yo, tu yo, tu mí...

Sol brota Sol flota Sol ronda Sol Rosa (p. 48-50)

La música de la naturaleza nos atraviesa con la luna y su sonaja, luego los movimientos del jaguar establecen el ritmo de un rito, los pasos del jaguar que le quitan la corteza abstracta al número y lo convierten en duración real, el vaivén del sonido abre al sujeto y su individualidad, rompe las fronteras entre el yo y el/la tú, además el sol en su repetición nos permite experimentar su rotación. Entonces el poema citado hace resonar y reflejarse en nosotros el canto de la luna, el canto del sol, el canto del jaguar y el canto que va del yo al tú. En el poema la naturaleza existe como canto, tiempo en estado puro.

Conciencia

¿Cuál es el lugar del ser humano en el multi-verso creado por Roberto López Moreno? No es el puesto magnánimo que le concedió la modernidad, el poema Cuaternario no alaba al hombre como el conquistador del universo, el hombre que fue a la luna, más bien lo llama sombra: "Fue ya la sombra laxa, fatigada, transida por la lesión del nacimiento (…) Fue así la sombra niña, débil hechura nacida para las turbulencias" (p. 28). El ser que es consciente de sí mismo no es un sujeto pleno sino una oscuridad doliente, parece hacerse consciente por el dolor de existir. De hecho el poema designa a las emociones como la primera manifestación de la conciencia, así en los versos: "ya respira el amor, el dolor, el ansia, el miedo, la alegría al cobijo de la dura entraña, ya hay susto ante el relámpago, la deificación lunar, la conciencia del frío que obliga al invento de la hoguera" (p. 26). La conciencia no nace como conocimiento científico y abstracto sino como "susto ante el relámpago"; la filósofa María Zambrano reflexionaba en su libro El hombre y lo divino sobre cómo el ser humano primitivo experimentaba un terror sagrado al sentirse inmerso en una naturaleza hostil e incomprendida, la aproximación apasionada de la humanidad hacia su entorno sagrado dio posteriormente forma a los seres divinos que conocemos como dioses y a los respectivos rituales artísticos que servían como sacrificio. El poema Cuaternario busca confrontar nuestra existencia con la sacralidad de la naturaleza en esta época de guerra contra Ucrania y bajo el narco, en esta época de capitalismo, obsolescencia cultural y banalidad, el poema quiere transmitirnos el frío de los orígenes, el perdido gusto del amor, la sensación trasformadora de la luna: la Diosa blanca.

Multi-verso

He de finalizar esta introducción con algunas ideas sobre la palabra multi-verso que usé a lo largo del texto. La palabra tiene que ver con el título del libro: El libro VI, esto se debe a que los últimos textos de la obra son poemas en prosa que tienen por título Libro I, Libro II y así hasta llegar al V. El sentido de esos poemas es describir una cosmogonía, El Libro I expresa el nacimiento de las cosas a partir del agua, del mar como en el poema M, que era inicial de mar y madre. El resto de poemas abarca los demás elementos del cuaternario: aire, fuego y tierra. El libro V expresa el amor y su hermana gemela, es decir, la muerte. El libro termina con la muerte del universo pero el universo se convierte en multi-verso en el momento en que el lector se pregunta ¿dónde está El libro VI? ¿No se ha escrito aún? ¿Acaso es la obra futura del autor? Entonces regresamos al principio, El libro VI comienza con M, un poema cosmogónico que habla sobre el origen de la materia, el lenguaje y la conciencia.

Quien tome entre sus manos este libro, sepa que está cargando un uroboros, dos serpientes que se muerden la cola simbolizando el ciclo multiversal de la obra, ahí donde termina un mundo nace otro, el otro es una versión más del primero, el primero es una versión alternativa del segundo, variantes que utilizan el origen para transgredir la univocidad del origen, fractal multiplicándose. La obra termina en muerte pero la muerte solo es el paso a otra vida.

Armando M. Morales


Se rompe el cascarón del huevo moteado


Estar en la disposición de captar el momento en que se rompe un cascarón y ver cómo surge algo viviente, un mundo. Así leo Huevo moteado de Adriana Tafoya. Sus imágenes poéticas son criaturas vivientes cuyo hábitat natural es la página. Ahora escribo para señalar el paisaje de sus páginas y el mensaje de sus criaturas.

Paisaje

Antes de siquiera pensar el sentido de una sola palabra, miro los versos de Huevo moteado surgir sin una secuencia reconocible, desde el poema 1-41-29 una letra desviada retuerce las expectativas del lector, la letra inicial, el comienzo mismo retorcido. Pequeños versos descienden hasta convertirse en versículos y luego disminuir su extensión y recomenzar su crecimiento; como si fueran las olas de un mar antiguo, un mar que despliega sentido. La forma del libro es el ritmo de las olas. Hay quien dice que la forma es lo esencial en poesía y que el contenido solo está adornado por la belleza de las formas, pero la realidad es más compleja, la forma en sí misma es un contenido y en este libro hay una autoconciencia respecto a las potencias de la grafía, palabras, letras, versos transgredidos, todo hace resonar un mensaje; poemas que se reflejan entre sí con una repetición en la diferencia.

El mensaje

Es vasta la fauna de criaturas mágicas que ha creado Adriana, pero quiero sujetar el hilo que las conecta, ¿por qué este mundo?

En varias ocasiones he escuchado a Adriana recitar el poema 25-9-17 Dominus, y no es ninguna casualidad, hay una intención performativa que consiste en romper el modelo antiguo de la construcción de mundo. En dicho poema se enuncia poderosamente a un sujeto masculino que es capaz de dar imagen a todo cuanto es, juzgar, dar el ser: "Solo él imagina, solo él tiene el canto, solo él tiene la luz, solo él puede juzgar (…) Pero de la nada y solo él decapitará su cabeza como un frutillo". Este ser masculino es el creador y la violencia ontológica del poema es destacar el suicidio de ese fundamento. Con ese mito Adriana expresa el agotamiento del padre-fundamento-creador y busca allanar el camino para el porvenir de la creación poética. Todo esto tiene consecuencias más profundas de lo que podríamos pensar, todo esto va más allá de palabras en una página, esto es una cuestión de metafísica.

Mucho tiempo he reflexionado sobre los efectos metafísicos u ontológicos del arte, y sobre todo de la poesía. Poesía y filosofía han nombrado al ser, Poesía y filosofía no son materias que se llevan en la escuela sino modos en que el la humanidad ha dado forma al mundo; esto ha sido así desde la invención del Enuma Elish, la Teogonía o el Popol Vuh. Gente ingenua piensa que no hay nada político en ello pero los modos en que poesía y filosofía han configurado el mundo que habitamos siempre han sido atravesados por determinados sesgos políticos. Cuando Adriana insiste en escribir el pronombre "él" para nombrar al creador en su poema Dominus, logra amplificar la interpretación de la metafísica no sólo como sistema de la presencia, sino también como una forma de androcentrismo o falocentrismo. Hay una forma de ser de lo masculino cuya expresión es el despotismo, voluntad de poder que se expresa con el verso del poema Dominus: "pero él dispara el cañón, pero él toma los llanos, pero él traza caminos, pero él agrupa ejércitos". Y aún más, cuando aparece como una conminación apotropaica el nombre de Él, debemos tener presente al antiguo dios El que era el dios-padre de los cananeos, los fenicios y después de los hebreos a través de la expresión El-ohim; Dios que permanece como una referencia en nombres como Migu-el, Rafa-el, Ezequi-el, etc. Es fácil decir que la madre es la que da la vida, pero en la realidad de nuestra cultura los poderes maternos (la feminidad como poder) han quedado reprimidos por la imposición del padre. De ahí que en Huevo moteado haya una continua salida del seno paterno hacia la reivindicación de las madres, sea en la figura de la anciana (poema 1-41-29), la Carnea (Torres petroleras) o sencillamente en la palabra femenina Ella, donde, así como en Atea, una sola letra ha transgredido el dominio de Él.

Si ha de existir una nueva forma de hacer poesía y en esa medida, un nuevo modo de dar forma al mundo y a nuestras vidas, no puede ser bajo los términos del antiguo dios, pues éste solo nos ha conducido a la conquista y la destrucción. Si ha de haber una nueva forma de crear, ésta tiene que fundarse a partir de otras palabras y otras mitologías.

Hace 100 años grupos de artistas generalmente compuestos de hombres crearon manifiestos que cambiaron el camino del arte en Europa, en el 2021 tenemos el poema en prosa llamado De libero arbitrio escrito por Adriana para fundar una nueva mitología encabezada por la sagrada Atea, ella dice: "Yo soy Atea; el consuelo, la compañía y la prudencia de los hombres tristes y delirantes. Vengo a copular con los enfermos, a enseñarles cómo debe ser el amar del hombre." Atea, la sagrada, la sin dios, aquella que con una sola letra genera una incisión en la maquinaria metafísica del Uno siendo la Una (ruida, sonida).

Leerán mal este libro aquellos que busquen meras referencias a saberes antiguos o al surrealismo en Huevo moteado, la radicalidad de la obra está en el deseo voluptuoso de empezarlo todo de nuevo, crear crear crear nuevas formas para los seres vivos, nuevas formas para lo inorgánico, nuevas formas del espacio, nuevas formas del tiempo. Desde el paciente trazo que diseña una mariposa en el poema Arco del iris: "Con un lápiz negro construyo una mariposa nocturna. Animo los hilos poco a poco hago mover lentamente sus delgadas patas". Hasta la puesta en marcha de tiempos heterogéneos en el poema Luna mecánica: "Hoy seis relojes de agua se sincronizan para dar fin al tiempo y dar vida a esta inundación de corrientes turbias".

He de concluir que Huevo moteado nos conduce a las posibilidades de una poesía fantástica. De modo inverso a como en narrativa, los mundos imaginarios le han regresado a la cultura los bestiarios y entidades de la Edad Media; la poesía de Adriana da a luz nuevos seres que no se agotan en la reinvención del pasado: un niño acompañado del silencio, peces homúnculo, huevos mágicos, tréboles blancos, un canario que habla y es hablado en primera, segunda y tercera persona del singular. Sean bienvenid@s a los espacios liminales de la poesía, donde lo que no es adviene a la vida imaginaria de aquello que rompe el cascarón alquímico.

Armando M. Morales


Próxima aparición en Campo Literario/Ediciones Ultramarina, 2021.
Próxima aparición en Campo Literario/Ediciones Ultramarina, 2021.

Huevo Moteado (transmutar los seres)

Huevo Moteado (Transmutar los seres) de la escritora Adriana Tafoya es un poema con aire respirable a los Cantos de Maldoror de Isadore Ducasse que cantándose a delirio y en forma surrealista va penetrando entre lo irracional en busca de la razón, la posible realidad. 

"El escualo, se gesta tres veces: Se gesta en el huevo, se gesta en el útero, se gesta en la mar y sin embargo es nonato..." El Huevo Moteado. Es un poema fragmentario que al unirse a la lectura persigue su territorio de verdad. Crea en su lenguaje una provocación tras las fórmulas de la Alquimia medieval hermética ante la gestación de la vida dentro de espíritu femenino. Es la voz de la sabia anciana de la edad media que sentada tras la fogata genera el conocimiento del verbo que solidifica la materia y la imaginación entre los seres a la hora de su nacimiento. 

"lanza al agua los conchos, no toca de las aguas el vidrio cuando el crepúsculo se vuelve mercurial" El Huevo Moteado. Adriana Tafoya cristaliza en el poema la fantasía y su dedo señala la divina caverna de Platón y aparecen en su presencia las deidades del Sátiro y el Fauno como culpables. 

"Sátiros y Faunos decidieron danzar solos y darse un banquete...para copular con caballos para retozar sobre heno. Cuando hombres no eran nombres Sátiros de pecho plateado conspiraron la defensa del reloj solar". El Huevo Moteado.

  La escritora nos abre las cortinas de los confusos mitos clásicos griegos con un reloj en la mano anunciando las bodas de Luna, deidad lunar de las mujeres en el preciso siglo XXI.

 El poema es un sueño que no termina en despertar: la guerra de "la tres veces hermosa" contra el "Primero Sueño" del mundo.

                                                                                               Juan Cú 

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